Procesos, mediaciones y estrategias para el cambio.
El buen diseño es invisible, y no necesita ningún tipo de explicación ni de añadido. Está fuera del alcance de gustos, modas y tendencias, porque va mucho más allá del objeto o del resultado.
El buen diseño es un reto, y lleva tiempo preguntarse y entender cuál es el objetivo de cada proyecto, cómo se relaciona con las personas, requiere esfuerzo no perder el foco mientras creamos, planificamos, interactuamos, colaboramos, debatimos, y se vuelve a empezar, hasta alcanzar un diseño final.