La espasticidad es el aumento del tono muscular, como si estuviera contraído todo el tiempo, lo que puede ocasionar dolor, limitar la movilidad e impedir que quienes la padecen puedan realizar actividades cotidianas como vestirse u ocuparse de su aseo personal. La capacidad de movimiento parece congelada.
La rehabilitación es la manera para reducir estos síntomas y mejorar calidad de vida.
A través de la campaña #NoPuedesDejarloPasar, te invitamos a conocer tres historias de superación de personas que han desarrollado espasticidad tras haber sufrido un ictus.