Es un polvo fino que se obtiene de la calcinación a 1,450°C de una mezcla de piedra caliza, arcilla y mineral de hierro. El resultado de esta calcinación es el clínker que luego se muele junto a yeso y otros aditivos para obtener cemento.
Constructores, ingenieros, arquitectos saben que no es un producto más de construcción. El cemento, como material de construcción no tiene sustituto, no existe un producto que otorgue más seguridad y protección a la hora de construir. Una vez que se mezcla con otras adicciones y se convierte en hormigón, destaca por su manejabilidad, su resistencia, su estabilidad frente al fuego, su capacidad de aislar ruido e inclemencias térmicas y su capacidad para perdurar en el tiempo.
El cemento y sus derivados son responsables de que la vida en las sociedades modernas sea como hoy la conocemos. Posibilita la construcción de viviendas, hospitales, escuelas, edificios empresariales, carreteras, vías de tren, aeropuertos, instalaciones industriales, puertos, instalaciones deportivas, teatros… en todos los ámbitos de la vida se encuentra para sostener con seguridad aquello que habitamos y nos desarrolla como especie.